La mayoría de los padres queremos ver a nuestros hijos
siempre contentos y esto nos lleva a cometer muchos errores como papás.
Si le das todo a tu hijo se convertirá en un niño no sólo
malcriado sino que pensará que tiene el derecho de tener todo lo que pida sin
esfuerzo, se volverá egoísta, déspota y seguramente una persona
superficial. Ver una sonrisa en la cara de un hijo/a es algo que
todos los padres quieren ver, pero es mejor educarles correctamente para
conseguir que se conviertan en personas con buenos valores y de éxito.
Consentirlo demasiado
Muchos padres no se dan cuenta de dónde está el límite: qué
es consentir demasiado a los hijos y qué no lo es. Pero consentir a los hijos y
darles todo lo que desean puede acarrearles consecuencias negativas en su
desarrollo y en su futuro.
En ocasiones cuando un niño saca buenas notas en el colegio
se ve justificado darle un premio o un capricho que ha querido durante tiempo,
o cuando se realiza una tabla de conducta y los resultados son positivos, esto
es una buena estrategia donde el niño puede ver que si hace cosas
positivas tiene después consecuencias positivas, además de enseñarle
responsabilidad, esfuerzo y constancia. Pero, ¿qué ocurre cuando a un
niño se le da todo lo que pide en cualquier contexto y lugar sólo para no
escuchar que llore o verle triste? Que aprende que con frustración y enfado
conseguirá todo lo que quiera, algo irreal para su futuro.
Cuando se le da todo lo que pide
Cuando a un niño se le da todo lo que pide no se le da la
oportunidad de experimentar la frustración, algo tan necesario en la vida para
poder afrontar los posibles problemas en el futuro, y además, hará que los
padres se conviertan en esclavos para satisfacer todas las necesidades y
caprichos que el niño quiera, sea cual sea.
El niño sentirá que sus padres deben obedecer sus deseos por
el mero hecho de ser sus padres y no sentirá la necesidad de tener la
responsabilidad de ganárselo, porque nunca ha hecho falta. Todo esto dará
lugar a que el niño se convierta en un niño tirano donde verá a sus
padres esclavos y sumisos de su voluntad.
Todo esto dará como resultado a una persona egoísta,
déspota, agresiva, intolerante, sin empatía, materialista, superficial, no
sabrá cuál es el valor del esfuerzo, no querrá responsabilidades en su vida…
¿realmente quieres esto para tu hijo sólo por darle todo lo que te pide? No
creo. Porque si le consientes demasiado y le das todo lo que te pide, no
le estarás ayudando a crecer, ni a madurar, y aunque de pequeño te pida
cosas fáciles de conseguir, a medida que va creciendo te pedirá otro tipo de
cosas.
Cómo evitar convertir a tu hijo en un caprichoso
Es tan sencillo como no decir que sí a todo y empezar a
decir que no cuando quiera cualquier cosa. Si quiere un nuevo juguete para
jugar, deberá ganárselo con actividades acorde a su edad y no sin más. Además,
la forma de decirle que no es importante no debe ser con frases del tipo: ‘No
porque yo lo digo’ o ‘No porque soy tu madre/padre’. Es necesario hacerlo
con una voz amorosa pero al mismo tiempo con firmeza, un no a tiempo es
necesario para su buen desarrollo.
Tendrás que tener paciencia y si tu hijo quiere un juguete y
no se lo das, habrá una rabieta… pero se le pasará. Deberás mantener la calma y
mostrar autocontrol en todo momento, porque si pierdes la paciencia tu
hijo sabrá que puede encontrar las formas de manipular tus emociones y
conseguir lo que quiere. Si permaneces tranquilo le estarás enseñando que con
rabietas no se consigue nada.
No te sientas mal, tienes que forjar su carácter y es mucho
más importante que darle todos los caprichos que pide. Él te lo agradecerá en
el futuro y tú podrás ver la importancia de no darle todo lo que te pide.
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